Sé de un lugar donde se lava la amargura de sueños fracasados
y se extingue el llanto de un amor burlado.
Valientes que todo han dado y han perdido ansían su bálsamo;
como aquellos que temen a la vida, marcados por la crueldad de algún cobarde.
Es un lugar que no alberga ayeres negros;
silencioso y apacible, es como el estero que no recuerda la tormenta.
Su aparente quietud engaña como el primer vestigio de la aurora
que en un tímido destello abre camino a la fuerza del universo entero.
Entre la paz de ese lugar que algunos han llamado olvido
el hombre es apenas un suspiro hijo del hoy,
un instante diminuto y frágil,
cáliz de la magia indiscernible del pasar del tiempo.
Ocoxal